Un hombre camina descalzo recogiendo las huellas de otros, latas olvidada, restos de descuido. Su saco rojo no carga metal, si no esperanza.
En su andar sereno hay una renovación silenciosa, una que sin aplausos, limpia el mundo un paso a la vez. La renovación no siempre llega con grandes gestos, sino con acciones constantes, pequeñas y dignas.
A man walks barefoot picking up the footprints of others, forgotten cans, remains of carelessness. His red sack does not carry metal, but hope. In his serene walk there is a silent renewal, one that without applause, cleans the world one step at a time. Renewal does not always come with great gestures, but with constant, small and dignified actions.